Cuando Tatiana conoció a Lorenzo de repente tuvo esa sensación cálida y acogedora, ese pensamiento tan suyo de creer que ya lo conocía, que ya la tranquilidad de lo conocido había llegado a sus palabras, a sus miradas.
Lorenzo llevaba poco tiempo en la ciudad de las luces. Nunca antes de aquella tarde de tormenta había visto a Tatiana, nunca antes había coincido ni intercambiando palabras con ella. Pero igualmente sentía una extraña sensación de confort a su lado.
El azar de la vida los llevó aquella tarde al único restaurante vegano de la ciudad. Ella no solía comer mucha carne. No se consideraba vegetariana pero le encantaba ese restaurante con vistas a toda la ciudad. La comida y el trato de los camareros era algo que la hacía ir con asiduidad. Él no iba a ese restaurante por la comida, era un carnívoro en toda regla, Lorenzo pasaba todo el tiempo en la zona anexa al restaurante. Una sala de ordenadores conectados a la red los cuales podías utilizar gratuitamente siempre que pasaras por el restaurante, así que un par de días a la semana se comía alguna lechuga a cambio de conexión gratis.
La tarde de la tormenta el restaurante se llenó, nadie quería salir para empaparse bajo el aguacero. Así que Rufino, uno de los camareros pidió con su amabilidad habitual a Tatiana si podía compartir mesa con otro cliente. Ella dudó en un primer momento, pero la situación era extraordinaria y aceptó.
El tiempo había pasado tenue y tranquilo, como suele pasar los días en la ciudad de las luces. Puede que un par de lunas pasaron desde que Tatiana conoció a Lorenzo, y desde entonces siempre cenaban juntos tres noches a la semana. Pronto descubrieron que tenían mas cosas que les unían que le separaba, algunas noches no paraban de hablar, otras apenas separaban la mirada de sus platos. Nunca dejaban de ir, ambos tenían la necesidad de reencontrarse esas noches y ver juntos como la oscuridad cubría con su manto todo el valle y las luces del hombre tintineaban a lo lejos...
Lorenzo siempre ocultaba la sonrisa cuando ella, en los postres ronroneaba y se rascaba la nariz.
* Es lo único que me queda de mi otra vida. Cuando era pequeña mis padres intentaron que no lo hiciera... lo siento *
Ella lo dijo con la mayor naturalidad. Él arqueó una de sus cejas y se reclinó cómodamente en el asiento.
*Me estás diciendo que antes de ser Tatiana fuiste gato*
*Si claro* se abrió un poco la camisa y le dejó ver un colgante en forma de cascabel. *Lo echaba tanto de menos que a los 16 años tuve que comprármelo*
Lorenzo sonrió ampliamente, no hizo ni un ruido. Sólo esa sonrisa muda intuyendo uno de esos juegos a los que Tati le gustaba jugar....
*Y que vas a ser en la próxima*
*No sé, eso nunca se sabe* *Qué fuiste tú*
*Nunca lo he pensado, no creo en esas cosas*
*Ya... eres uno de esos... *
*Que?*
*... de esos que se empeñan en pensar que sólo se vive una vez y que cuando esto se acaba no hay nada más...*
Él asintió con un gesto de "si, soy de esos"
Se refugiaron entonces en un nuevo silencio. el camarero puso la cuenta de la cena en un lado de la mesa y marchó.
* Te quedaste pensativo... *
* Pensaba en mi vida, en esos errores que cometí, en el daño que pude causar, ojalá se pudiera volver atrás para retomar ese momento y restablecer aquellas situaciones que hicieron cambiar de algún modo el rumbo de mi vida*
* Eso es imposible * Tatiana cogió la factura de la cena y puso el dinero con algo más de propina * Nadie pude dar marcha atrás a la vida, pero si podemos solucionarlo en el aquí y ahora, siempre podemos solucionarlo un poco más adelante, sino en esta vida, en la próxima*
* Y si en la próxima soy gato* Dijo con cierta sorna
*Será porque sólo siendo gato llegarás a esa persona con la que quieres estar*
Decidieron salir del restaurante y ambos tomaron sus autos para volver a casa.
Lorenzo llegó a casa cansado, entró en su cuarto y se quitó la ropa colocandola ordenadamente en una banqueta. Cuando abrió el ropero para coger un pijama limpio vio el reflejo de su cuerpo, y un escalofrío recorrió su nuca al ver el gato que se tatuó con 22 años. Un gato con el que soñaba constantemente desde su niñez hasta la adolescencia. Le llegó a obsesionar tanto que terminó tatuandoselo junto a unas pequeñas letras "Wanted".
Sabía que su búsqueda había terminado.
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Vegano : Que sigue una dieta en la que no se incluyen ni leche ni huevos.
destill such tenderness and sweetness with many beautiful story you write every day. you are very talented kisses
ResponderEliminarMisteriosa y bonita historia.
ResponderEliminarDeseo tenga continuación.
Besos, buen finde
Es bonito terminar cualquier búsqueda y encontrar lo hallado.
ResponderEliminarBs.
Es como aquella historia del hilo rojo... Cuando dos han de encontrarse, en ésta o cualquier vida, tormenta o no de por medio, nada podrá impedirlo (creo fehacientemente en ello ;) )
ResponderEliminarGenial, como siempre, Nieves linda.
Gracias por dibujarme una sonrisa y una ilusión esta noche de viernes :)
Siempre me das envidia, ¡que bien hilvanas tus cuentos...y que imaginación y creatividad la tuya!.Lo dicho, que envidia.
ResponderEliminarUn beso.
Que interesante y dulce historia
ResponderEliminarQue tengas un bello fin de semana
Besos
No verá la hora de reencontrarla para decirle que fueron en otra vida uno para otro también! Hermosa historia Nieves, un abrazo!
ResponderEliminarMuy entretenida¡
ResponderEliminarBss
Me encantan este tipo de historias, creo que cuando dos personas están predestinadas a encontrarse, se encontraran pase lo que pase, coincido con Nicky Sciavo. Habría tanto que comentar...que me pasaría horas...he leído algún libro sobre esto de otras vidas.
ResponderEliminarMil besos!!!
Gracias por estar, por compartir vuestro tiempo, por visitarme y acompañarme en mi aventura bloguera :)
ResponderEliminarMil beso y feliz semana !!!